Esta semana tuve una sesión de cuentos en Almudévar. Cada
vez que voy la biblioteca se queda pequeña. La sesión fue en el
frontón (este verano va de frontones) y se llenaron todas las sillas.
Increíble el trabajo que hace desde hace años Belén en la biblioteca y qué poder de convocatoria tiene.
Allí vinieron un montón de niñas, niños, padres, madres, algunas abuelas y ella. Me llamó el día de antes: "Sandra, que te han pregonado. ¿Cuándo vienes?"
María Pilar es bordadora de hilos y de palabras. Tuve la suerte de conocerla entrevistándola para la recopilación que hicimos en Almudévar y tiene una memoria prodigiosa y una energía que desborda a raudales.
Me contó que se había levantado a las 5, que tenía mucho trabajo, 60 pañoletas para los quinticos, unas pañoletas enormes para los gigantes y anda entretenida bordando para la biznieta que va a nacer. Por bordar, le ha bordado hasta un cuento de una pata y un pato.
De mayor quiero ser como ella, con mil proyectos y el día siempre corto de horas.
Que alegría volver a verla.
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