miércoles, 20 de marzo de 2019

20 de marzo, Día mundial de la Narración Oral

El 20 de marzo es el Día internacional de la Tradición oral. Para mí es un gran día de fiesta, fiesta de la palabra. 
Hace muchos años que recojo tradición oral: cuentos, leyendas, retahílas, romances... Algunos de ellos me acompañan desde hace años y han llegado a pasar de la tradición oral al papel. Pero lo que realmente es una fiesta es cada vez que encuentro a una niña o un niño que se los aprende de memoria y los devuelve a su estado natural, a la oralidad. 
El domingo estuve en San Esteban de Litera donde vive Meritxell. Hace unas semana su madre me mandó una foto en la que Meritxell estaba contando "Por encima de rama y hoja" en el cole y me emocioné un montón.  Así que no dudé en decirle que cuando fuera a San Esteban contaríamos el cuento juntas.




Y sucedió. Fue maravilloso ver cómo se manejaba con la oralidad, cómo al principio estaba cohibida y luego fue ganando soltura.
Es una gran alegría poder observar que sin ensayos, ni nada, los cuentos tradicionales funcionan y les dan esas estructuras que les permite saltar del papel al mundo oral. Ellos  no conocen nada de la cadena de transmisión, ni del silencio que acompaña a la tradición oral. Solo son conscientes de que les gustan los cuentos, les gustan las historias y pueden ser protagonistas cuando las cuentan. Esto es lo primordial, esto es lo que consigue que se mantenga viva la tradición. 





Tengo en la cabeza a Meritxell pero también estaba Zuar que se sabía Rabadancito o muchas otras niñas y niños que encuentro en las sesiones de cuentos y salen a contar conmigo: Cayetana, Catalina, Leyre en Huesca, Sergio en Zaragoza, el pequeño terremoto Jesús de Cuarte de Huerva o tantos y tantos otros. Para mí esto es lo importante, que los cuentos no sean algo de las cocinas cerradas, de los hogares apagados. Para ellos la oralidad sigue viva y aunque compartan su espacio con el soporte en papel lo realmente importante es que sean capaces de dar el salto y atreverse a prestarles su voz como verdaderos narradores. 
Gracias, Meritxell, por el regalo de poder verte contar conmigo y gracias también por compartir recomendaciones lectoras. 
Os dejo un fragmento pequeñito del inicio del cuento con ella en este vídeo.

Feliz día de la narración oral, 
no dejéis que se acabe sin contar un cuento. 



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