Romanciando

Por segundo año he vuelto a participar en el programa Cosecha de Invierno de la comarca de la Hoya de Huesca/Plana de Huesca. Todos los años la comarca organiza un montón de actividades culturales en los pueblos de la Hoya intentado desestacionalizar los ciclos creados de actividades culturales y hacer llegar hasta los lugares más pequeños propuestas sorprendentes.

Este año el tema elegido fue la Palabra, así que me pidieron organizar dos actividades. Una de ellas fue precisamente la clausura de la campaña en Biscarrués donde reuní a varias mujeres que viven en la Hoya para pasar una tarde de romances. El pueblo entero se entregó al buen hacer y narrativa de estas geniales romanceras. Pilar, desde Almudévar, nos dejó encandilados con sus poemas, romances y canciones. 

Rosa y Carmen, venidas desde Santa Eulalia de Gállego nos hicieron a todos cantar con sus romances de Alfonso XII y Mambrú. Sí, esos que tanto te suenan en la cabeza, lo prodigioso es que ellas se los sabían enteros. Detrás vinieron muchas canciones más. La cocina se quedó pequeña.

Tuvimos un pequeño contratiempo porque MªLuisa de Puibolea, gran romancera que tiene una memoria prodigiosa, no pudo participar pues la nevada que ese día cayó en la Hoya hizo que fuera imposible que llegara a Biscarrués.

A todas las conocía, habían participado en diferentes trabajos de Recopilación de Tradición oral y darles la oportunidad de que estas composiciones se pudieran oír por un gran público fue algo que las emocionó. Así que yo también debía regalarles romances, y allí estuve con La cristiana cautiva, El conde Olinos, La doncella guerrera o A la verde oliva.

Os dejo aquí una reseña sobre lo que dio de sí la tarde en Biscarrués.

Que bonito poder contar en espacios tan humanos, patios y cocinas llenos de cariño y olor a leña. Que bonito poder ver la cara de la gente disfrutando con estas narraciones que guardan la tradición en la garganta de las narradoras, en este caso todo mujeres, herederas de esa antigua sabiduría.