Hoy ha sido un día para mí muy emocionante. El rabadancito ha vuelto a
casa, a esa cocina donde lo oí por primera vez hace cinco años. La
cocina de casa Lauré de Panticosa.
Yo estaba nerviosa, llevaba
entre mis manos el rabadancito que poco a poco se ha ido haciendo a mi
voz, a mis movimientos y que durante meses ha ido creciendo en mi cabeza
hasta llegar al papel, pero ¿y si a MJesús y Boni no les gustaba? Os
juro que tenía hormigas en mi tripa.
Y les ha encantado.
Que alegría
ver sus sonrisas y la felicidad y orgullo de ver su cuento, ese que
tantas veces les contó su madre de pequeños, publicado en papel.
De
verdad que mi trabajo es un regalo y con días como este se me olvidan
las horas de transcripción, los días fuera de casa y la soledad del
ordenador.
Nos ha faltado Tista pero espero que ahí donde esté disfrute también del Rabadancito. Él me lo metió en el corazón.
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