martes, 28 de abril de 2020

#Chucheríadecuento 5: La leyenda de la mora de Rasal

La chuchería de cuento de hoy es una historia localizada en un pueblo precioso llamado Rasal, donde en la toponimia se encuentra un paraje conocido como el balcón de la mora. 
Unido a esta toponimia aparece esta leyenda. Cuando en el Altoaragón se habla de moras nada tienen que ver con mujeres árabes, sino con seres mágicos. Chema Gutiérrez dice que estas mujeres estarían relacionadas antiguos cultos a las diosas Diana o Artemisa. O puede que prerromanos, referidos a la Gran madre y asociados a tributos como fertilidad, agua, tierra, sabiduría, vida, poder.
Si queréis saber más sobre ellas deberíais investigar un poquito más ypor supuesto consultar el libro: Brujas, demonios, encantarias y seres mágicos en Aragón de José Antonio Adell y Celedonio García. 

Y en cuanto al aspecto de estas moras, no dejéis influenciaros por la palabra porque las descripciones que hay de ellas no tienen nada que ver con lo que os venga a la cabeza. De hecho en muchas leyendas suelen ser mujeres rubias, de pelo muy largo, que desenredarn a la entrada de su cueva con mucho cuidado y con peine de oro. A veces, como ocurre en esta leyenda, la mora busca a alguien para que le ayude a peinar su larga y hermosa melena. Los tesoros suelen estar cerca de ellas y la magia también. 

rasalmagico.com


El cuento lo grabamos con el proyecto Hoya de leyenda y Aragón radio. Para ello estuve trabajando varias sesiones con las mujeres de Siétamo, en el invierno de 2009. Creo recordar que la más joven tenía 70 años. Hoy al volver a oírlo me he emocionado mucho porque algunas de ellas ya nos dejaron. 
Fue muy bonito ir con ellas a la radio, la aventura que supuso ir de "excursión" a Walka, a las instalaciones de Aragón radio. Ese día pude mucha ilusión y orgullo cuando se sentaron ante los micros y se pusieron los cascos como si fueran los grandes periodistas que en tantas ocasiones a ellas les habían acompañado en sus casas a través de la radio. 
Espero que disfruteis de la leyenda. Y ya sabéis, si tenéis la fortuna de cruzaros con una mora no dejéis que la curiosidad os pueda. 



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