A veces los caminos están llenos de bifurcaciones, atajos, caminillos que te hacen dar rodeos hasta que vuelves a encontrar el camino despejado. Esto es un poco lo que le ha pasado a mi blog. Este último año mi camino ha estado lleno de proyectos, tantos que había que priorizar el tiempo y emplearlo en aquello que más energías necesitara.
Las sesiones de cuentos, la tradición oral, la investigación, las publicaciones y la creación de la Editorial Sin Cabeza consumían todo mi tiempo, por eso el blog andaba tomando el sol, esperando, en alguna de esas bifurcaciones del camino.
Este año me he empapado de palabras y de informantes que me han regalado cuentos y romances, adivinanzas y leyendas, retahílas y, por supuesto, mil sonrisas. Con ellas ahora tengo la mochila llena y muchas ganas de seguir sacando a la luz la tradición oral y los cuentos que inquietos se remueven en ella.
Poquito a poquito vuelvo a contaros cosas.
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