Durante el mes de febrero y marzo he estado haciendo una taller de cuentos en la Academia Flipo llamado
Montañas de palabras. Durante varios sábados nos hemos reunidos con seis pequeños cuentistas para aprender algún cuento, retahila y adivinanza, y por supuesto, pasárnoslo bien.
Nuestro reto era preparar una sesión en la que vinieran los padres de espectadores a ver todo lo que habían aprendido en estos meses.
Ha sido una maravilla poder trabajar con estas niñas y niño, con tanta imaginación, memoria y ganas de aprender. Me ha sorprendido muy gratamente la velocidad a la que asimilaban y la retentiva que tenían.
Como digo, un lujo.
Al final el sábado 30 fue su gran actuación. Habiamos preparado partes en las que recitaban juntos y partes en las que cada uno contaba su cuento.
Los nervios estuvieron rondando, pero al final salió todo perfecto.
Jorge y Eva nos decoraron la sala para que todavía se vieran más bonitos los cuentos.
Os dejo unas cuantas fotos de estos artistas.
Carlota fue la primera en empezar y, además, nos sorprendió a todos con unas gafas nuevas preciosas que seguro que ahora le dejarán leer mucho mejor los cuentos.
Carlota nos contó un cuento de un príncipe un tanto extraño, y Julia siguió con otro cuento de una princesa y una rana. Al principio necesitó una mano a la que agarrarse, y es que un montón de padres mirándote impresiona un poco, pero después siguió ella sola con una soltura increíble.
Como ya habíamos tenido bastantes príncipes y princesas Diego nos contó un cuento de un lobo. Con una tranquilidad increíble, y como si lo hubiera hecho toda la vida, consiguió tenernos a todos cautivos hasta el colorín, colorado.
Seguimos con los animales y Ana nos sorprendió con un león enamorado que no sabía escribir. ¡Madre mía todo lo que tuvo que hacer para declararse! A Ana le salieron genial todos los animales.
Y ya solo nos faltaban las más dicharacheras del grupo, Julia y Lucía. Fue sorprendente verlas contar juntas. Antes de la actuación no habían coincidido ninguno de los días para ensayar el cuento a la vez. Cada una lo hizo conmigo los días del taller y en su casa. Solo pudieron ensayarlo juntas un ratito antes de la actuación, pues fue... como si lo hubieran hecho juntas toda la vida. ¡Qué fenómenas!
Terminaron todos juntos el cuentacuentos con varias retahílas y retando a los padres a decirlas también.
La experiencia les ha gustado tanto que esta semana repetiremos. Es el Maratón de cuentos de las Bibliotecas Municipales de Huesca y estaremos el miércoles por la tarde en la Biblioteca Duran Gudiol contando. Bueno, Diego se lo piensa, pero las demás creo que están con muchas ganas.
Y es que esto de contar cuentos, que te miren, te escuchen y te aplaudan... engancha.
Sandra
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