El ayuntamiento prepara durante tres días numerosas actividades en un mismo recinto, al que llegan niños y más niños. Circo, hinchables, juegos, danza, música, talleres, maquillaje, manualidades, ecología, futbolines y qué sé yo cuantas cosas más abarrotaron este año el Palacio de Congresos. Y entre todo ese "guirigay" había también un espacio para los cuentos.
Mi estreno fue el año pasado contando solo media jornada, pero este año hice intensivo, contando tres sesiones de mañana y tres de tarde, los tres días. Y a pesar de que papá Noel se empeñó en dejarme de regalo un resfriado, no faltaron cuentos. Si es que eso me pasa por pregonar a los cuatro vientos que yo soy de los Reyes Magos.
Ya lo sé, debería haberos puesto las fotos hace días, pero mis días no tienen suficientes horas.
A ver si te ves por aquí.
El primer día andaba yo agobiada antes de empezar: Este palacio es demasiado grande. ¿Verán dónde están los cuentos? Pero poquito a poquito la gente se fue acercando. Lo más chulo era ver como había gente que repetía un día y otro. Pero lo más alucinante era ver niños y niñas que acababan de ver una sesión y volvían a la siguiente. No es por nada, pero eso hace que te pongas un poco orgullosa. ¡Me preferían a los hinchables y a todo lo que por allí había!
Los cuentos tienen magia...
Me encanta cuando los padres también se quedan a los cuentos y ponen la misma cara de felicidad que sus hijos. El último día fue genial, había ya gente esperando antes de las sesiones y se hacían corrillos esperando que empezaran los cuentos.
Muchas gracias a todos porque de verdad que el Guirigay, aunque quede un poco soso, fue guay.
Gracias por todas esas sonrisas, todos esos ojos de vivir en el cuento y todos vuestros besos.
Sandra
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