Las aceras de la avenida se quedaron inundadas de agua.
Hasta Lanaja, agua, agua y más agua. Los campos acumulaban toda la lluvia que ya no asimilaban, y continúo lloviendo todo el sábado y el domingo.
La biblioteca se fue llenando poco a poco. La verdad es que con lo que caía no teníamos mucha esperanza de que la gente se atreviera a salir de casa, pero al final, pequeños y mayores llenaron la biblioteca.
En Lanaja estuve la primavera pasada llevando un grupo de animación a la lectura de Cruz Roja. Tere, Mª Jesús y muchas más de las yayas que participaron en el taller vinieron a verme al cuentacuentos. Me gustó mucho volver a verlas y oír como todavía recordaban los romances y cuentos que se aprendieron.
Volví a casa con una sonrisa en la cara de felicidad, bajo la lluvia, pero muy feliz.
Me encanta contar y contar.
Sandra
No hay comentarios:
Publicar un comentario