Huesca era conocida en toda España por los animales que se criaban en sus montañas. Y hasta esta ciudad acudían gente de toda la península para comprar mulas treintenas (de tres años) y machos de trabajo. La montaña los hacía fuertes y sanos de modo que cuando llegaban a las grandes llanuras de España eran animales resistentes y muy demandados que trabajaban la tierra perfectamente antes de la llegada de la maquinaría al campo.
Las fotos que veis permiten ver el trasiego de animales que había en Huesca. Pertenecen a la Fototeca de la Diputación provincial de Huesca.
La ciudad esos días se transformaba y se llenaba de miles y miles de animales, así como montañeses que venían con su ganado y compradores de todas las regiones.
El martes pasado estuve en el Espacio Castillo de Montearagón de Ibercaja dando una charla sobre el tema y el domingo salí en el programa de Eugenio Monesma, Nos vemos en la plaza Mayor, explicando la importancia de estas ferias y las familias de tratantes que había en Huesca.
Muchos sois los que me habéis dicho que me visteis, y la verdad es que me hace mucha ilusión, que trabajos tan solitarios y largos lleguen al final al público general y se reconozca un poco la labor de horas y horas de investigación.
Os enlazo el blog de Eugenio Monesma aquí. Y os dejo la foto en el estudio de grabación con él.
Y aquí la noticia que apareció en el Altoaragón en relación a la charla. La periodista cometió un error, no se trata de burras treintenas, si no de mulas treintenas. Quizás los que no vivieron en ese mundo no entiendan muy bien la diferencia, pero no tiene nada que ver un animal con otro.
Otro día os seguiré contando como se transformaba Huesca con la llegada de tantos animales, gentes y distracciones de todo tipo.
Sandra
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